5.- CONCLUSIONES SOBRE EL ORIGEN DE LAS
ESPECIES.
5.1.- El nuevo significado del término evolucionismo.
A
partir de Darwin se establece la definición definitiva de evolucionismo.
Evolucionismo era, tradicionalmente, el proceso de desarrollo programado y
finalizado; el conjunto de etapas por las que un ser (potencia) debe pasar para
alcanzar la forma adulta (acto).
El
nuevo significado de evolución es el siguiente: el proceso que explica cómo
unas especies proceden de otras (incluido el Homo sapiens) debido a variaciones
imprevisibles y sin finalidad alguna.
5.2.- Implicaciones revolucionarias.
La
teoría de la evolución supone una revolución importantísima que destruye sin
remedio una imagen de la naturaleza.
La
imagen de la naturaleza que la teoría de la evolución destruye estaría
caracterizada por los siguientes rasgos:
·
Naturaleza ordenada por Dios.
·
Sólo comprensible desde la finalidad
(intenciones de Dios).
·
Especies inmutables.
·
Naturaleza con pocos años de antigüedad.
·
Ordenamiento moral de la naturaleza.
La teoría
evolución subraya lo siguiente:
·
Contingencia universal de la naturaleza
(biológica).
·
No hay especies más perfectas que otras (las
ventajas son siempre relativas al medio, ¿cómo juzgar la superioridad de
especies que pertenecen a distintos medios?).
·
No hay progreso absoluto, es posible la
regresión (de lo contrario caemos en un antropocentrismo, es decir, un pozo de
estupidez).
·
No hay una moral privilegiada naturalmente (a no
ser la que impone la selección natural, o sea la lucha por la supervivencia;
todo vale si es beneficioso para el individuo o el grupo).
La teoría de
la evolución supone el estallido de los cuadros temporales:
·
“La revolución copernicana” (siglo XVI-XVII)
unifica el espacio (terrestre y sideral) y supone el estallido espacial
(infinitud, el universo es abierto).
·
“La revolución freudiana” (siglo XIX- XX)
unifica los deseos (infante y adulto) y supone el estallido personal (no somos
quiénes aparentamos ser, o no solamente somos eso, detrás de nuestra
personalidad –de nuestra máscara- están los deseos (pidiendo siempre ser
escuchados) y la sociedad).
·
“La revolución darwiniana” (siglo XIX-XX)
unifica el tiempo (pasado y futuro; estableciendo una cadena causal en la
explicaciones naturales, un determinismo) y a la vez lo rompe, lo hace estallar
(el pasado retrocede vertiginosamente y el futuro queda indefinido).
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