miércoles, 27 de marzo de 2013

YO, Precario

http://www.yoprecario.com/
«Tengo casi treinta años y siento que me han robado la esencia. Tiene que ver con el trabajo. En algún momento interioricé que sólo es hombre quien trabaja y puede hacerse cargo de sí mismo. Yo no tengo trabajo estable y ni siquiera he aprendido a cuidar de mí. Mi único activo es no poseer nada. no tengo hipoteca, no tengo familiares a mi cargo, no tengo coche, no tengo piso, no tengo trabajo. Llevo apenas ocho meses en Barcelona y aún queda para cumplir el año, ese fatídico momento en el que me daré cuenta de que sigo a la deriva. El trabajo no me acompaña, pasó de mí y pasó de lar- go, como si en la calle se cruzaran dos desconocidos. Esporádicamente he trabajado, sí, pero a eso no se le puede llamar trabajo: son servicios que prestas para que te exploten y para que tengan tra- bajo de verdad otros, con el fin de que sus empresas funcionen y ellos puedan llegar a casa con el pan bajo el brazo. Ninguno de esos servicios me ha reportado dinero inmediato ni me ha servido para pagar el piso a fin de mes. Son pequeños fondos de inversión en los que ingresas tu paciencia y pierdes tu dignidad. A todos sus responsables les he tenido que enviar correos electrónicos para reclamar mi miserable sueldo. «Lo sentimos, perdimos tus datos bancarios», dicen los de la primera empresa, y actúan como si la solución fuera pagar tarde, tan tarde que esperan que un día, durante la espera, tengas un accidente y al fin mueras y alguien encuentre tu cadáver flotando en el río, un cadáver del que nadie vendrá a reclamar nada, por supuesto, y con el que podrán ahorrrarse dos cosas: tu miserable sueldo y el trabajo de pagarte, que debe de ser agotador» Javier López Menacho Yo, precario

No hay comentarios:

Publicar un comentario

CORREO: