![]() |
http://www.yoprecario.com/ |
«Tengo casi treinta años y siento que me han robado la esencia. Tiene que ver con el trabajo.
En algún momento interioricé que sólo es hombre quien trabaja y puede hacerse cargo de sí mismo.
Yo no tengo trabajo estable y ni siquiera he aprendido a cuidar de mí. Mi único activo es no poseer
nada. no tengo hipoteca, no tengo familiares a mi cargo, no tengo coche, no tengo piso, no tengo
trabajo.
Llevo apenas ocho meses en Barcelona y aún queda para cumplir el año, ese fatídico momento en
el que me daré cuenta de que sigo a la deriva. El trabajo no me acompaña, pasó de mí y pasó de lar-
go, como si en la calle se cruzaran dos desconocidos. Esporádicamente he trabajado, sí, pero a eso
no se le puede llamar trabajo: son servicios que prestas para que te exploten y para que tengan tra-
bajo de verdad otros, con el fin de que sus empresas funcionen y ellos puedan llegar a casa con el
pan bajo el brazo. Ninguno de esos servicios me ha reportado dinero inmediato ni me ha servido
para pagar el piso a fin de mes. Son pequeños fondos de inversión en los que ingresas tu paciencia
y pierdes tu dignidad. A todos sus responsables les he tenido que enviar correos electrónicos para
reclamar mi miserable sueldo. «Lo sentimos, perdimos tus datos bancarios», dicen los de la primera
empresa, y actúan como si la solución fuera pagar tarde, tan tarde que esperan que un día, durante
la espera, tengas un accidente y al fin mueras y alguien encuentre tu cadáver flotando en el río, un
cadáver del que nadie vendrá a reclamar nada, por supuesto, y con el que podrán ahorrrarse dos
cosas: tu miserable sueldo y el trabajo de pagarte, que debe de ser agotador»
Javier López Menacho
Yo, precario
No hay comentarios:
Publicar un comentario
CORREO: