lunes, 22 de abril de 2013

Yo no intercambio mi camiseta con asesinos

Cristiano Ronaldo tras el partido eliminatorio Portugal-Israel para el mundial 2014
"Yo no intercambio mi camiseta con asesinos"





Traducido del francés para Rebelión por Caty R.


Esta es la frase que utilizó la estrella portuguesa en el partido que enfrentó este viernes por la tarde en la eliminatoria del mundial 2014 a Israel y Portugal.
Al acabar el encuentro, un jugador israelí se quitó la camiseta y pidió a Ronaldo que se la cambiara por la suya, éste último lo rechazó explicando que no podía ponerse una camiseta con la bandera del Estado de Israel.
En el vestuario, cuando los periodistas le preguntaron por qué había rechazado el intercambio de camisetas, Cristiano Ronaldo dijo exactamente: «Yo no intercambio mi camiseta con asesinos».
El año pasado Cristiano subastó su bota de oro para ayudar a las víctimas de los bombardeos israelíes.

sábado, 20 de abril de 2013

Postal desde Nueva York:

Discutir la configuración neoliberal de lo humano
garthm34 (Nueva York)
 
Me encuentro con A. y V. cerca de Union Square en Nueva York. Ambos llevan ya unos cuantos años viviendo en Estados Unidos. Trabajan precariamente como profesores adjuntos en una universidad prestigiosa. Llegan tarde a la cita y me cuentan que les entretuvieron los alumnos con preguntas. Yo: Ah, qué bien, ¿no? Alumnos interesados. Ellos: Bueno... Uno nunca acaba de saber muy bien a qué responde exactamente su interés. Me cuentan que el vínculo profesor-alumno es un tanto singular en las universidades privadas donde el alumno ha pagado mucho dinero o se ha endeudado enormemente para acceder a los estudios (50.000, 60.000 dólares). La relación de autoridad se invierte completamente: son los alumnos los que evalúan al profesor y exigen de él un tipo de saber muy específico, mensurable, empaquetado, práctico. Nada de incertidumbre, nada de complejidad, nada de experimentación, nada de pensamiento, pues. La relación cliente-servicio sustituye a la relación profesor-alumno introduciendo una seria distorsión en la transmisión del saber y la conformación del aula.
Pero lo que ocurre en la educación no es algo aislado, prosiguen mis amigos mientras compensamos las malas noticias devorando pizza en el mítico John's Pizza. La privatización es generalizada: salud, transporte, etc. Sin derechos universales garantizados, la vida se vuelve muy cara (todo el mundo está endeudado) y hay que estar trabajando y autovalorizándose todo el tiempo (en Manhattan los bares están siempre llenos de gente con el portátil). Vida es igual a trabajo y en el trabajo hay que poner la vida entera. La carrera profesional es lo primero, mucho antes que la familia o los amigos. Configuración neoliberal de lo humano: el yo se percibe como una empresa y una marca, el mundo como un conjunto de oportunidades que rentabilizar, los otros son instrumentos desechables u obstáculos en el camino y el peor estigma es ser considerado un loser (perderdor). Ahora entiendo a aquel amigo norteamericano de paso por Madrid que me dejó estupefacto al despedirse de mí diciendo: “pero qué suerte tenéis viviendo aquí, ¡no hay capitalismo!”
Se dice que cuando en Nueva York son las tres de la tarde, en Europa son las nueve pero diez años antes. La gestión neoliberal de la crisis pretende ahora recortar brutalmente esa diferencia horaria. Desde el futuro, A. me pregunta: ¿crees que en España la gente es consciente de que la pelea es en primer lugar cultural, antropológica, de formas de vida (es decir, una pelea por otra relación con los demás, con el mundo, con nosotros mismos)? Se me atraganta la pizza, vacilo, mascullo algo y me quedo pensando.
Pienso en las mareas, defendiendo el derecho de todos, ricos o pobres, a la educación, el cuidado o el agua. En la gente que se planta enfrente de la casa de un desconocido para impedir que sea desahuciado, practicando un concepto expandido de la buena vecindad. En las pocas posibilidades de salir adelante que tendría ahora mismo un proyecto político que culpase de la crisis a los inmigrantes. En medio del desastre, se ha activado un tejido de solidaridad que conjuga elementos arraigados profunda y trasversalmente en la mentalidad social (el valor de los vínculos no instrumentales o de la sanidad pública, por ejemplo) o incorporados por los nuevos movimientos como el 15-M, las mareas o la PAH (la política de la inclusividad, el relato sobre la naturaleza de la crisis, etc.). Estamos aprendiendo a decir nosotros: es el 99% contra el sálvese quien pueda neoliberal.
Es verdad: la transformación más intensa e importante (base de las demás) es cultural, antropológica, de formas de vida. Es la (re)creación de lo común frente a la guerra de todos contra todos inscrita en la filosofía práctica que hace de cada uno de nosotros una partícula elemental guiada exclusivamente por el cálculo estratégico en favor de su propio interés. Sin esa transformación, sólo puede darse lo que el teórico marxista Antonio Gramsci llamaba “revolución pasiva”: un cambio por lo alto, sin implicación de la gente común y cualquiera. Algo que no puede ir muy lejos, porque no hay cambios macro sin cambios micro, no hay otra política ni otra economía posible sin otra subjetividad. El capitalismo dura porque es un estado mental.
Y sin embargo, no supe qué contestarle a A. ¿Crees que la gente es consciente de que la pelea se juega en primer lugar en el terreno de las formas de vida? A veces, entre el pimpampún cotidiano contra los políticos (demasiado fácil) o las diferentes propuestas de asaltar/tomar el poder por lo alto y sin la gente, me entra la duda de si estamos siendo capaces de nombrar, valorar y comunicar el cambio más poderoso, más desafiante y que ya está en marcha. La transformación silenciosa (pero no necesariamente invisible) de las maneras de verse uno mismo, de relacionarse con los demás, de hacer las cosas y de estar en el mundo.

Una lección de Ética Política y medios de comunicación: Eufemismos de terror en Venezuela: 8 asesinatos de chavistas son "enfrentamientos ".


viernes, 19 de abril de 2013

El peligro de la obediencia

El experimento de Stanley Milgram
Adolf Eichmann en el juicio

El peligro de la obediencia


por Paula Sayavera



En los años 60, Stanley Milgram realizó un estudio psicológico que desveló que las mayoría de personas corrientes son capaces de hacer mucho daño, si se les obliga a ello.
La idea surgió en el juicio de Adolf Eichmann, en 1960. Eichmann fue condenado a muerte en Jerusalén por crímenes contra la Humanidad durante el régimen nazi. Él se encargó de la logística. Planeó la recogida, transporte y exterminio de los judíos. Sin embargo, en el juicio, Eichmann expresó su sorpresa ante el odio que le mostraban los judíos, diciendo que él sólo había obedecido órdenes, y que obedecer órdenes era algo bueno. En su diario, en la cárcel, escribió: «Las órdenes eran lo más importante de mi vida y tenía que obedecerlas sin discusión». Seis psiquiatras declararon que Eichmann estaba sano, que tenía una vida familiar normal y varios testigos dijeron que era una persona corriente.
Stanley Milgram estaba muy intrigado. Eichmann era un nombre normal, incluso aburrido, que no tenía nada en contra de los judíos. ¿Por qué había participado en el Holocausto? ¿Sería sólo por obediencia? ¿Podría ser que todos los demás cómplices nazis sólo acatasen órdenes? ¿O es que los alemanes eran diferentes?
Un año después del juicio, Milgram realizó un experimento en la Universidad de Yale que conmocionó al mundo. La mayoría de los participantes accedieron a dar descargas eléctricas mortales a una víctima si se les obligaba a hacerlo.
El experimento
Milgram quería averiguar con qué facilidad se puede convencer a la gente corriente para que cometan atrocidades como las que cometieron los alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Quería saber hasta dónde puede llegar una persona obedeciendo una órden de hacer daño a otra persona.
Puso un anuncio pidiendo voluntarios para un estudio relacionado con la memoria y el aprendizaje.
Los participantes fueron 40 hombres de entre 20 y 50 años y con distinto tipo de educación, desde sólo la escuela primaria hasta doctorados. El procedimiento era el siguiente: un investigador explica a un participante y a un cómplice (el participante cree en todo momento que es otro voluntario) que van a probar los efectos del castigo en el aprendizaje.
Les dice a ambos que el objetivo es comprobar cuánto castigo es necesario para aprender mejor, y que uno de ellos hará de alumno y el otro de maestro. Les pide que saquen un papelito de una caja para ver qué papel les tocará desempeñar en el experimento. Al cómplice siempre le sale el papel de "alumno" y al participante, el de "maestro".
En otra habitación, se sujeta al "alumno" a una especie de silla eléctrica y se le colocan unos electrodos. Tiene que aprenderse una lista de palabras emparejadas. Después, el "maestro" le irá diciendo palabras y el "alumno" habrá de recordar cuál es la que va asociada. Y, si falla, el "maestro" le da una descarga.
Al principio del estudio, el maestro recibe una descarga real de 45 voltios para que vea el dolor que causará en el "alumno". Después, le dicen que debe comenzar a administrar descargas eléctricas a su "alumno" cada vez que cometa un error, aumentando el voltaje de la descarga cada vez. El generador tenía 30 interruptores, marcados desde 15 voltios (descarga suave) hasta 450 (peligro, descarga mortal).
El "falso alumno" daba sobre todo respuestas erróneas a propósito y, por cada fallo, el profesor debía darle una descarga. Cuando se negaba a hacerlo y se dirigía al investigador, éste le daba unas instrucciones (4 procedimientos):

Procedimiento 1: Por favor, continúe.
Procedimiento 2: El experimento requiere que continúe.
Procedimiento 3: Es absolutamente esencial que continúe.
Procedimiento 4: Usted no tiene otra alternativa. Debe continuar.
Si después de esta última frase el "maestro" se negaba a continuar, se paraba el experimento. Si no, se detenía después de que hubiera administrado el máximo de 450 voltios tres veces seguidas.
Este experimento sería considerado hoy poco ético, pero reveló sorprendentes resultados. Antes de realizarlo, se preguntó a psicólogos, personas de clase media y estudiantes qué pensaban que ocurriría. Todos creían que sólo algunos sádicos aplicarían el voltaje máximo. Sin embargo, el 65% de los "maestros" castigaron a los "alumnos" con el máximo de 450 voltios. Ninguno de los participantes se negó rotundamente a dar menos de 300 voltios.
A medida que el nivel de descarga aumentaba, el "alumno", aleccionado para la representación, empezaba a golpear en el vidrio que lo separa del "maestro", gimiendo. Se quejaba de padecer de una enfermedad del corazón. Luego aullaba de dolor, pedía que acabara el experimento, y finalmente, al llegar a los 270 voltios, gritaba agonizando. El participante escuchaba en realidad una grabación de gemidos y gritos de dolor. Si la descarga llegaba a los 300 voltios, el "alumno" dejarba de responder a las preguntas y empezaba a convulsionar.
Al alcanzar los 75 voltios, muchos "maestros" se ponían nerviosos ante las quejas de dolor de sus "alumnos" y deseaban parar el experimento, pero la férrea autoridad del investigador les hacía continuar. Al llegar a los 135 voltios, muchos de los "maestros" se detenían y se preguntaban el propósito del experimento. Cierto número continuaba asegurando que ellos no se hacían responsables de las posibles consecuencias. Algunos participantes incluso comenzaban a reír nerviosos al oír los gritos de dolor provenientes de su "alumno".
En estudios posteriores de seguimiento, Milgram demostró que las mujeres eran igual de obedientes que los hombres, aunque más nerviosas. El estudio se reprodujo en otros países con similares resultados. En Alemania, el 85% de los sujetos administró descargas eléctricas letales al alumno.
En 1999, Thomas Blass, profesor de la Universidad de Maryland publicó un análisis de todos los experimentos de este tipo realizados hasta entonces y concluyó que el porcentaje de participantes que aplicaban voltajes notables se situaba entre el 61% y el 66% sin importar el año de realización ni el lugar de la investigación.
 



miércoles, 10 de abril de 2013

martes, 9 de abril de 2013

Libro de lectura para la 3ª evaluación de EpC:

"El fantasma de Karl Marx", de Ronan de Calan y Donatien Mary (errata naturae)

¿POR QUÉ LA GENTE NO REACCIONA? LA INDEFENSIÓN INDUCIDA .


Si esto es un hombre

 

28 libros gratuitos muy recomendables sobre anticonsumismo, vida simple, autosuficiencia, lucha social, temas laborales, etc…

 



En el presente post he pensado presentar una recopilación de varios libros y guías súper recomendables en descarga gratuita sobre temas diversos tales como anticonsumismo, vida autosuficiente, desobediencia civil, trueque, viajar sin un duro, temas laborales, lucha social, guías de consumo, etc etc. Es decir, las temáticas que, en menor o mayor medida, tratamos habitualmente (si sois seguidores del blog, os sonará la mayoría).
Todos estos libros pueden ser descargados legalmente (si en algún caso no fuese así, agradecería que me avisaran), y ya les hemos dedicado reseñas desde este mismo blog. Ya tocaba tenerlos todos (por lo menos los más destacables) en un único listado y facilitar así su acceso. Espero que encontréis algún título que os congratule… ahí va la lista-popurrí: (No está ordenada, ¡¡lo sé!!)
 
1) Guía sencilla para entender el recibo de la luz. Descárgala gratis.
2) Descarga gratis “Mobbing y Estrés laboral : Estilos de afrontamiento, salud, e historias de vida en víctimas”.
3) Descarga gratis Manual para luchar contra la reforma laboral.
4) Manual de resistencia anticapitalista.
5) Descarga gratis “The sunhitcher”, manual para viajar sin dinero.
6) Descarga gratis Manual de lenguaje no sexista de la CNT.
7) Descarga gratis “Cómo vivir sin acabar con el planeta. Manual para jóvenes inquietos (…y adultos preocupados)”.
8) Cómo empezar una revolución no violenta (varios libros de descarga gratuita de la Institución Albert Einstein)
9) Descarga gratis el libro “Retorno a los pueblos abandonados”
10) Descarga gratis la “Guía de Supervivencia del Becario”
11) Descarga gratis “Vidas hipotecadas”, de Ada Colau y Adrià
12) Descarga gratis “¿Sabemos lo que comemos? (cómo usar la información de las etiquetas de los alimentos)”
13) Descarga gratis “Insumisión a la banca”, de Enric Duran.
14) Descarga gratis “Hay alternativas” (prólogo de Noam Chomsky).
15) Descarga gratis Curso práctico sobre electricidad en la Okupación.
16) Descarga gratis el “Manual del trueque”.
17) Descarga gratis la guía práctica “¿Cómo buscar empleo en el extranjero?”.
18) Descarga gratis “Manual de huerto urbano ecológico”.
19) Descarga gratis “Cómo expropiar dinero a las entidades bancarias”.
20) Descarga gratis “Contrapublicidad”, el libro de Consumehastamorir.
21) Descarga gratis “¿Quiénes son los mercados y cómo nos gobiernan?”.
22) Descarga gratis la Guía de las Nuevas Profesiones
23) “Consumir menos, vivir mejor”, de Toni Lodeiro.
24) Guía sobre la vendimia francesa, recogida de fresa y manzana y otras campañas agrícolas
25) Guía completa sobre cómo retocar las vallas publicitarias
26) Descarga la guía “Cómo realizar una Acción Directa Noviolenta y no sucumbir en el intento”.
27) Mamá quiero un móvil nuevo: ¿Por qué todos los chicos y chicas son consumistas?.
28) Descarga gratis la Guía de los Caminos Naturales de España